Solo es un niño, pero torea como un grande

ROCA REY, EL NIÑO QUE TOREA COMO GRANDE

Fuente: Enrique Alonso. Diario de Jaén. 9/08/2014

ROCA REY, EL NIÑO QUE TOREA COMO GRANDE
El novillero se erige como revelación y suma compromisos de la mano de José Antonio Campuzano.

 Solo es un niño, pero torea como un grande. Andrés Roca Rey demuestra una enorme madurez en la plaza y fuera de ella. "Se torea como se es", decía Juan Belmonte. Se marchó a pie de las Colombinas de Huelva, pero grabó la idea de que este joven puede ser grande en el difícil mundo del toreo. Dejó Perú para formarse en España. Sabe que allí puede ser torero -es hermano de Fernando Roca Rey, un auténtico ídolo en el país de los Andes-, pero tiene claro que solo en España puede convertirse en el más grande. Aquí triunfar es muy difícil y el toro distinto: más fiero, más grande y más listo, pero da más gloria. La temporada pasada -cuando lidiaba erales en el escalafón de novilleros sin caballos- abrió la puerta grande del coso de La Alameda de Jaén y dejó un gran sabor de boca en Torreperogil.

Andrés Roca Rey es diferente al resto. Tiene valor para torear y cabeza para administrarlo. Su carácter es tranquilo y jovial. Capaz de comer entre bromas y jugarse la vida dos horas después delante de un toro. Además cuenta con el mejor profesor: José Antonio Campuzano, que le sirve para multiplicar sus cualidades innatas. Tener a Campuzano tras la barrera da mucha seguridad en la arena. Fue capaz de gestar al mejor Sebastián Castella, por lo que sus cualidades como maestro están acreditadas.

A sus 17 años, sus ideas están muy claras. "Nací siendo un guerrero, la vida fácil no está en mi destino", tiene como frase de inicio en su página de internet. Andrés Roca Rey debutó con caballos en Captieux (Francia) con novillos de otro maestro, José Miguel Arroyo "Joselito" -se anuncian como El Tajo y La Reina- y cortó tres orejas. Ya se veía que los erales se le quedaban pequeños. En Fallas (Valencia) abrió la puerta grande, por lo que estará en la miniferia de octubre -se anuncia para el día 5 con reses de Los Chospes junto a Fernando Rey y Jorge Expósito-. También fue el novillero triunfador en Huelva en el ciclo de jóvenes sin picadores y ahora ha logrado ser el mejor sobre la arena en Gor (Granada).

Tiene un valor que asusta gestionado por la cabeza. Además, se le ve corazón a la hora de dejar los muslos, algo que no es sencillo. Delante de los astados saca poder, una mente muy clara debido a que tiene mucho oficio, pese a su juventud. Ya está confirmada su presencia en la Feria de Nuestra Señora de los Milagros de Acho (Perú) para enfrentarse -mano a mano- con Joaquín Galdós. Será el próximo 25 de octubre -cuatro días después de su cumpleaños-.

Andrés Roca Rey puede ser grande. El camino es largo y difícil, pero tiene cualidades y un maestro que lo guía. Además, delante de la cara de los astados es distinto al resto, lo que supone un aval para el triunfo. Su preparación está enfocada para curtirse pronto y tomar la alternativa. Por eso, sus compromisos son tremendamente exigentes. No hay descanso para este guerrero. Sabe que cualquier fallo se paga caro en el escalafón. Generalmente, se castigan con sangre o en el sillón del olvido, que es donde quedan los toreros que se salen de la rueda que gira cada temporada. Por eso, en la mente de Andrés Roca Rey no está previsto el error.

El próximo 15 de agosto estará en Roquefort (Francia) con una exigente novillada de Santa Coloma que llevará el hierro de La Quinta. Pese a que lleva muy poco en el nuevo escalafón, se mide con los grandes. En Huelva se las vio con Lama de Góngora -muy arropado en Sevilla- y David de Miranda. En Francia le ocurrirá lo mismo, ya que hará el paseíllo con Gonzalo Caballero -un novillero muy cuajado- y Borja Jiménez, que también está entre los grandes. El año pasado toreó 24 novilladas, abrió 20 puertas grandes y metió en el esportón 54 trofeos. Pudieron ser más tardes, pero el toro le quitó de algunas. Sin duda, este nivel de exigencia marca, hiere y deja huella. Pronto también se le verá hacer el paseíllo en Beziers, Bayona y Collado Mediano. El camino es largo, pero Roca Rey pisa muy firme.